martes, 31 de mayo de 2011

Ayudemos a los Cachorritos de Ninquihue

“Un hogar es mucho más que una casa… Dialogar es mucho mas que contarnos lo que nos pasa… Reunirse es mucho más que estar juntos… Compartir es mucho mas que prestarse las cosas… Vivir felices es mucho más que estar contentos…”
Cuando me acerque una mañana para pedir una entrevista, me atendió una persona que estaba juntando hojas secas de la vereda. La misma persona que esa  tarde respondió a todas mis preguntas y me hizo sentir como en mi casa.
Los dibujos de las paredes y las poesías que acompañaban los carteles me ilustraron el gran amor que en la Casita de Ninquihue se les da a los chicos. Pero no solo a ellos sino también a todos los que nos acercamos a conocer el lugar. “A mi me encanta que vengan a conocernos y a ver el trabajo que hacemos, porque asi podemos hacer más” me dijo Nilda.
La Fundación Ninquihue comenzó en 1995 con la voluntad de un par de creyentes de la parroquia  Cristo Resucitado de General Roca. En un comienzo les daban la merienda a chicos que aspiraban pegamento en las calles de la ciudad. Cuando esos chicos se recuperaron, estos vecinos no se fueron a su casa porque habían terminado. Aun habían chicos en la calle, esta vez eran chiquitos que pedían monedas. El mismo grupo de personas puso manos a la obra y consiguió un espacio donde brindarles a esas personitas el cariño que les faltaba.
Hoy ese proyecto sigue en marcha en Libertad 2100. Allí se encuentra la casa de 22 chicos que reciben todo lo que se les puede dar desde la solidaridad de los vecinos.
 En un camino hacia la escolarización y la creación de personas de valor se lucha a diario para que a esos chicos no les falten las tres comidas diarias, la ropa limpia y los útiles de la escuela.  Sin embargo, como en todo camino hay tramos pedregosos  y desérticos, y solo queda caminar hasta que una mano sea extendida. 
Hoy en día podemos ser parte de esa mano que se extienda a Ninquihue, con algo pequeño o simple como un alimento o algún elemento que nos sobre en nuestras casas. Solo bastaría con llevárselo y ellos lo recibirán contentos. 



“Quien acumula muchos recuerdos felices en su infancia, esta salvado para siempre” 
Fedor Dostoievski